¿Eres colaborador con comportamientos tóxicos?

En la actualidad puedes encontrar muchos artículos que mencionan “a las personas tóxicas” ya sea en relaciones de pareja, familiares o laborales. En esta edición te compartimos algunos de los comportamientos tóxicos que se presentan en ambientes profesionales con frecuencia.

Primero aclaremos que hablamos de conductas y no de las personas o personalidades; si bien todos tenemos momentos de menor energía o ánimo, presentar estas conductas de manera consistente e inconsciente influirá en tus resultados y en los de tu entorno, por lo que te describimos a continuación algunas de las características de un empleado con comportamientos tóxicos:

  1. Visualiza lo negativo: por lo regular emites críticas no constructivas, siempre encuentras absurdas las decisiones que toma la empresa y no estás de acuerdo con políticas organizacionales o las medidas que se toman sin aportar una solución.
  2.  Comunicación no asertiva: te caracterizas por no ser claro sobre tus deseos, pensamientos y sentimientos, no practicas la empatía y no cuentas con la habilidad de transmitir un mensaje de manera adecuada.
  3. Falta de proactividad: no das un valor agregado a la empresa, sólo buscas cumplir con tu horario sin maximizar tu desempeño y te limitas a hacer lo mínimo necesario. Permaneces en tu zona de confort y no te interesa conocer y lograr los objetivos de la compañía.
  4. Desestabilizador:  creas un ambiente laboral hostil para el resto del equipo afectando la moral y la efectividad laboral de todos, lo que puede dañar seriamente la reputación de la empresa frente a clientes, proveedores, mercado laboral y sociedad en general.
  5. Hablan mal de las personas y situaciones: característica aparentemente sin importancia, pero muy negativa; te la pasas hablando mal de los demás y provocas chismes que alteran el ambiente laboral.
  6. Generas un ambiente pesado y hostil: no tienes respeto ni tolerancia por la diversidad de ideas, trasladándolo en casos extremos a mobbing o acoso laboral.
  7. Resistencia al cambio: siempre estas indispuesto, no quieres cambiar, ni siquiera lo intentas, no existe ningún compromiso con tu trabajo ni con la empresa. Ya sea por permanecer en la zona de confort o miedo a la incertidumbre, te quejas constantemente del dinamismo que naturalmente presentan todos los entornos laborales.
  8. Narcisistas: tienes una percepción desmesurada de superioridad, importancia y protagonismo sobre el resto del equipo, trasladándolo a una sensación de inequidad o injusticia entre los miembros de la empresa.
  9. Egoístas: obras bajo tu propio interés y beneficio, superponiéndolos a los de la empresa y los del resto de los colaboradores.
  10. Victimización: presentas tiendes a considerarte vulnerado ante un entorno hostil o situaciones que exageras, poniéndote en el centro de ataques que no siempre lo son. La victimización es una forma negativa de llamar la atención sobre ti mismo, una actitud de autocompasión y lástima marcada por la percepción de que el mundo está en tu contra.

Éstas, entre otras muchas conductas, drenan a los equipos y generan una nula sensación de felicidad para ti y tu entorno laboral. Un ejercicio honesto de autorreflexión y conocimiento personal pueden ser el inicio de un camino de mejora constante que seguramente te ayudarán a lograr tus metas.

En Talento VIT buscamos evaluar a cada profesional para garantizar afinidad en tu clima organizacional.

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